Nuestras 3 variedades

Esta tipología de ajo es muy valorada en el mercado nacional e internacional por su alta calidad e intenso sabor. Por su alto contenido en alicina, que provoca un fuerte carácter al paladar y olfato, es un complemento culinario muy valorado en la gastronomía actual. Las túnicas o pieles exteriores son blancas y el color del diente del ajo es morado. Tienen los dientes regulares y gruesos, pero las cabezas no son tan grandes como la de otras variedades. Es muy bueno para su comercialización por calidad y sabor.

Tiene un gusto picante al paladar y un aroma suave que combinan a la perfección con pescados y mariscos. Aunque su conservación es corta, tiene una fácil adaptación para el cultivo. Su cultivo es de complejidad baja y alto rendimiento por hectárea, lo que facilita la popularidad de esta variedad.

Es el ajo más tradicional y común. Esta variedad de ajo se recolecta en primavera. Tiene un aroma y sabor más suave que otras variedades lo que lo hace muy atractivo para ser muy comercializado a nivel mundial. Su conservación es buena y es temprano y de buena productividad. Con aroma persistente, su tamaño es grande y la cabeza del ajo blanco suele tener más dientes que el de otros tipos, son más carnosos y se conservan por más tiempo. Sus dientes, son blancos y están recubiertos por una envoltura apergaminada de color plateado.